El filo de la espada cortó el aire como si se tratara de papel y se hundió por completo en el craneo de su enemigo, partiendo este por la mitad y haciendo que aquel cadaver ambulante cayera al suelo. Levantó la cabeza para mirar a su alrededor. La Capilla de la Esperanza de la Luz estaba siendo atacada por la plaga. Ya hacia tiempo que combatian en aquellas tierras, pero aun no habian conseguido diezmar el poder de los no-muertos allí. A su alrededor, miembros del Alba Argenta combatian para defender la Capilla, el también lo hacia.
A pesar de ser un Caballero de la Muerte pertenecía al Alba Argenta y era su deber combatir contra la plaga, la cual una vez también había atacado el Bastion del Ebano.
Poco a poco las fuerzas de la Plaga fueron diezmadas y el combate terminó con la victoria de los defensores de la luz. Alzando la espada ante la victoria Stephano vio los rostros de sus compañeros. Eran rostros cargados de alegría por la victoria, pero sabian que el combate no había terminado aun. La Plaga solía atacar más de una vez la capilla y era cuestión de tiempo que volvieran. Montó sobre su Destrero y azuzo al caballo en dirección a la Capilla, donde comprobó que todos los combatientes estaban bien.
- Una victoria más... - Murmuró para si mismo.